La Gestión de Riesgos, clave en proyectos de hidrógeno

La indefinición normativa “obliga” a gestionar los riesgos en todas sus fases y es la llave para la autorización de la Administración Pública

Iñigo Marañón Romero – DTOR. SEGURIDAD INDUSTRIAL
Estamos asistiendo a un cambio de modelo energético en el que el hidrógeno va a tener un papel protagonista como combustible en la independencia energética. Esta realidad es el caldo de cultivo idóneo para la proliferación de proyectos centrados en la producción, el transporte, la canalización y el uso de este vector energético. Para todos ellos, el denominador común indispensable va a ser su Gestión de Riesgos, obligado por la indefinición normativa. Con la Gestión de Riesgos se asegura un diseño y uso seguro de los equipos y de las instalaciones proyectadas; y se convierten en la llave del apoyo institucional.

Una de las formas más fáciles de realizar la Gestión de Riesgos es mediante la aplicación de normativas y estándares. De tal forma que, “simplemente” con su aplicación se consigan instalaciones robustas en términos de seguridad laboral y social. Y es precisamente aquí, donde radica uno de los principales escollos del hidrógeno: la ausencia de estándares y de una amplia normativa. Carencias puestas de relieve por el propio Ministerio de Industria en su informe de 2019 y que se subsanarán con el tiempo.  Por lo expuesto, cobra mayor importancia, todavía si cabe, la Gestión de Riesgos de los proyectos, con la derivada de que, además, favorecerá la aprobación de dichas iniciativas por parte de la Administración.

Identificación, análisis y evaluación de riesgos

La Gestión de Riesgos, regulada por la IEC 31010:2019, implica un proceso iterativo de identificación, análisis y evaluación de los riesgos. Con la propuesta e implementación de medidas que hagan aceptables a nivel individual y social de los riesgos de equipos e instalaciones. Para ello, hay un abanico de metodologías disponibles que varía dependiendo del alcance del proyecto, de la fase y el objetivo del análisis. 

El objetivo final de un ACR es llegar a un nivel de riesgo aceptable en términos de riesgo a nivel individual y social. Este proceso puede ser iterativo, añadiendo capas de seguridad (que minimicen la probabilidad o las consecuencias). Pero ¡CUIDADO!, porque podríamos llegar a pensar que un ACR valida el diseño de la hidrogenera y que este diseño puede ser replicado. Algo absolutamente erróneo ya que un ACR valida tanto el diseño, como el emplazamiento, al calcular la vulnerabilidad del entorno y por ende el riesgo social. ¡Y ya nos podemos imaginar que no es lo mismo, en términos de riesgo social, ubicar la hidrogenera en mitad de una ciudad que en una zona de carretera! 

Un ejemplo: Los riesgos en una hidrogenera 

En su diseño, una de las referencias básicas es la serie de normas ISO 19880, necesarias para el diseño de las hidrogeneras. Aunque esta regulación sí puede servir como compendio y marco de directrices generales de diseño y de identificación de riesgos asociados al hidrógeno y a las instalaciones, no identifica reglas claras en cuanto a la validación de un emplazamiento e instalación proyectada. Es decir, la definición de distancias de seguridad con el exterior, la compatibilidad y distancias en caso de estaciones de servicio multifuel, entre otras.

Hidrogenera, un espacio en el que es importante la Gestión de Riesgos

Ahora bien, la ISO 19880-1 dispone de un apartado específico de “Gestión de Riesgos”. En dicho apartado, además de identificar aspectos clave de la seguridad en este tipo de instalaciones, propone la realización de análisis cualitativos de riesgos como el HAZID (para fases tempranas como la validación del emplazamiento y de la ingeniería básica), HAZOP (para afinar la seguridad del proceso cuando ya se tiene una ingeniería de detalle) y análisis cuantitativos de riesgos (ACR). Esta última, clave para identificar las distancias de seguridad de la instalación, afinando el layout, el diseño de la instalación y validando su emplazamiento. 

Iteración de Gestión de Riesgos con la Iso 19880-2020
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Conclusiones

Derivado de la falta o indefinición de normativa y estándares relacionados con las instalaciones de Hidrógeno, es necesario que todo proyecto esté acompañado paralelo a sus fases de diseño por una correcta Gestión del Riesgo. Esto va a dar confianza a los promotores, en términos de seguridad, sobre el proyecto y facilitará a la Administración asumir su aprobación. Si bien se ha usado como ejemplo ilustrativo, el diseño de una hidrogenera, esto va a ser válido para instalaciones con producción de H2 verde con electrolizadores, almacenamiento de hidrógeno en botellas, instalaciones de carga/descarga de CGEM de H2, hidroductos…

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